A las 11:21 a.m. de este domingo, el Coliseo Cubierto Humberto Perea fue demolido mediante una implosión.

Decenas de curiosos se arremolinaron en los alrededores del ahora extinto coliso para tratar de guardar un último recuerdo.

Las autoridades de prevención de desastres que estaban al frente de la logística debieron apartar las vallas media cuadra más, para restringir el acceso de los transeúntes. 

El clima era combinando entre una solemne añoranza de lo que iba a dejar de existir y un una impaciencia para observar y escuchar el espectáculo de su demolición. 

Luego de tres alarmas preventivas, tras minutos de expectativa, el sonoro eco de la detonación se expandió por los alrededores dejando atrás una nube de polvo y aves volando desorientadas en medio de los aplausos de la comunidad. 

Lo único que quedó en pie fue el sector de la pared colindante a la Universidad de la Costa, que será demolido manualmente por prevención.

El personal trabaja ahora en las labores de limpieza y remoción de escombros para que todo esté en normalidad nuevamente.